Nuestro hogar, el planeta tierra inicia otra etapa en su proceso transformación y con él todos los seres que lo habitan. La madre tierra comenzó su trabajo de parto para dar a luz a nueva generación de hombres y mujeres que recogerán los frutos de su sabiduría ancestral, de su conocimiento más profundo. En todas las tradiciones más antiguas se escuchan los ecos que nos invitan a fundirnos con la unidad, con la nueva realidad que se está manifestando, con el misterio que encierra la existencia.
viernes, 31 de julio de 2009
jueves, 30 de julio de 2009
La atención es la esencia de la meditación. Nadie, ni nada sostiene la atención. El esfuerzo de estar atento es producto del ‘yo’. La atención no está separada del proceso del meditar. La atención sólo emerge. La ilusión es creer que ‘alguien’ o ‘algo’ se encuentran detrás de la atención y, por consiguiente, de la meditación. Cuando cesan los pensamientos no existe identificación con sensaciones, ni formas. Solo existe una manifestación consciente de la experiencia. Pero ésta no se encuentra asociada a la noción de la existencia de un cuerpo o una mente.
Los sentidos están diseñados para despertar la atención. La atención no es concentración, puesto que ésta última requiere esfuerzo. Un impulso intencionado para lograr un resultado particular no conduce a la atención, es más bien ocasionado por la primacía del pensamiento que procura señalar algún camino correcto. En ello hay contradicción. La intención clara por moldear la mente con algún propósito determinado es producto de la ausencia de atención. La atención no requiere esfuerzo porque es una cualidad de la mente. La observación permite descubrir esa cualidad. En ese sentido, la atención y la meditación no son producto de la técnica o el método, son consecuencia de la comprensión profunda de la naturaleza de la mente.
Los sentidos están diseñados para despertar la atención. La atención no es concentración, puesto que ésta última requiere esfuerzo. Un impulso intencionado para lograr un resultado particular no conduce a la atención, es más bien ocasionado por la primacía del pensamiento que procura señalar algún camino correcto. En ello hay contradicción. La intención clara por moldear la mente con algún propósito determinado es producto de la ausencia de atención. La atención no requiere esfuerzo porque es una cualidad de la mente. La observación permite descubrir esa cualidad. En ese sentido, la atención y la meditación no son producto de la técnica o el método, son consecuencia de la comprensión profunda de la naturaleza de la mente.
sábado, 25 de julio de 2009
No existen escuelas, maestros, ni discipulos, sólo lugares y personas que nos inspiran a iniciar o transitar un camino.
El discernimiento es el mejor de los maestros.
El aprendizaje sobre si mismo es permanente, nunca cesa, no se detiene. Se renueva así mismo.
La sabiduría consiste en liberarse 'afectuosamente' de todas las cargas del pasado y del peso del conocimiento acumulado, de la experiencia, de la superstición, de la autoridad. Para aprender es necesario estar libre, limpio, vacío, instante a instante.
En el proceso de disolución del yo, el pensamiento no opera. Es una cuestión de darse cuenta de manera instantánea. Una percepción, un 'insight' que permite descubrir las raíces más profundas desde donde se originan nuestras reacciones condicionadas. Pero ello se manifiesta sólo a partir de la observación, de la atención plena y sin opciones. En ese sentido, la transformación se produce cuando 'el ver' es tan incisivo, que es capaz de remover los cimientos de los hábitos y de los comportamientos condicionados.
El discernimiento es el mejor de los maestros.
El aprendizaje sobre si mismo es permanente, nunca cesa, no se detiene. Se renueva así mismo.
La sabiduría consiste en liberarse 'afectuosamente' de todas las cargas del pasado y del peso del conocimiento acumulado, de la experiencia, de la superstición, de la autoridad. Para aprender es necesario estar libre, limpio, vacío, instante a instante.
En el proceso de disolución del yo, el pensamiento no opera. Es una cuestión de darse cuenta de manera instantánea. Una percepción, un 'insight' que permite descubrir las raíces más profundas desde donde se originan nuestras reacciones condicionadas. Pero ello se manifiesta sólo a partir de la observación, de la atención plena y sin opciones. En ese sentido, la transformación se produce cuando 'el ver' es tan incisivo, que es capaz de remover los cimientos de los hábitos y de los comportamientos condicionados.
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