Somos
producto de la creación y evolucionamos como fractales. Una de las propiedades fundamentales de los fractales es que tienden a repetirse
infinitesimalmente a partir de una única estructura básica. Por tanto, las
partes y estructuras más finas y pequeñas de los fractales son reflejo de sus partes más grandes. Otra de las
características más representativas de los fractales es su interconexión con
una matriz más grande. Es decir, los fractales
no se encuentran separados entre sí, están sostenidos por estructuras grandes
de similar naturaleza. La idea de evolucionar como fractales me parece muy atractiva, debido a que me sirve de
analogía para explicar cómo estamos replicando la perfección de manera infinita
y eterna. La inteligencia, la creatividad y la sabiduría es reflejo de una estructura
básica más elevada que opera con armonía y sincronía. Somos fractales de la
creación, somos una espiral danzante ligada a la perfección, a la belleza y
verdad universal y espiritual. Como los fractales somos espejos de nosotros mismos.
Somos espejos y reflejo de la misma creación.
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