miércoles, 26 de agosto de 2009

Después de una semana agitada emocionalmente, he logrado sentarme a meditar con más frecuencia. El resultado es increíble. Mi mente se encuentra en completa calma y soy capaz de identificar y observar cada pensamiento que surge, de manera pausada. Observo cuan sobre identificado estoy con ciertas situaciones, personas o circunstancias. No obstante, son sólo impresiones, imágenes con un tinte emocional. Ahora comprendo con mayor profundidad que el apego y la identificación a estas imágenes mentales surge debido a que están impregnadas de emociones. Por esta razón es clave observar, no sólo los pensamientos, sino también las emociones que están asociadas e involucradas con cada imagen que aparece en la pantalla mental.

Las imágenes y pensamientos más recurrentes tienen un contenido emocional muy fuerte y marcado. Las imágenes con mayor sensación de placer y bienestar son más fáciles de evocar, pero también pueden reforzar hábitos, obsesiones y patrones de conducta. Entre tanto, los pensamientos asociados a sensaciones de dolor los evitamos a toda costa. La evasión no permite que las emociones se expresen naturalmente y contenerlas puede desembocar en un mayor dolor futuro.

En ese sentido, veo que es necesario que las emociones fluyan bajo su propio cauce, sin necesidad de la intervención del pensamiento. La analogía más clara es la proyección de una película (imágenes) con una banda sonora (emociones). ¿Es posible escuchar con mayor atención la música que observar nuestros pensamientos? ¿Es posible disfrutar la película sin necesariamente identificarnos con ella…?

miércoles, 12 de agosto de 2009

La observación atenta de los pensamientos, sentimientos y sensaciones nos permite conocer cómo operamos internamente y comprender la naturaleza de la mente. Las motivaciones, aprensiones, deseos e impulsos que generan contradicciones emergen a partir de la intervención del pensamiento.

El pensamiento y las ideas son producto de la memoria. Son impresiones e imágenes que moldean y condicionan nuestra manera de ver el mundo. El problema surge cuando la intervención del pensamiento no nos permite comprender la verdadera naturaleza de la experiencia. Es decir, el pensamiento se puede tornar en un obstáculo que nos impide experimentar la vivencia pura del presente, puesto que es capaz de fraccionarla en pasado y futuro. En este sentido, el pensamiento se trasforma en una manera de evadir la experiencia del presente. La construcción instantánea de imágenes basadas en el pensamiento es una reacción de nuestra mente para evitar que nos integremos con el presente. Nuestro ‘yo’ desea a toda costa, evitar que nos fusionemos con el instante porque pierde su propia esencia, que está cimentada en la división y la dualidad.

viernes, 31 de julio de 2009

jueves, 30 de julio de 2009

La atención es la esencia de la meditación. Nadie, ni nada sostiene la atención. El esfuerzo de estar atento es producto del ‘yo’. La atención no está separada del proceso del meditar. La atención sólo emerge. La ilusión es creer que ‘alguien’ o ‘algo’ se encuentran detrás de la atención y, por consiguiente, de la meditación. Cuando cesan los pensamientos no existe identificación con sensaciones, ni formas. Solo existe una manifestación consciente de la experiencia. Pero ésta no se encuentra asociada a la noción de la existencia de un cuerpo o una mente.

Los sentidos están diseñados para despertar la atención. La atención no es concentración, puesto que ésta última requiere esfuerzo. Un impulso intencionado para lograr un resultado particular no conduce a la atención, es más bien ocasionado por la primacía del pensamiento que procura señalar algún camino correcto. En ello hay contradicción. La intención clara por moldear la mente con algún propósito determinado es producto de la ausencia de atención. La atención no requiere esfuerzo porque es una cualidad de la mente. La observación permite descubrir esa cualidad. En ese sentido, la atención y la meditación no son producto de la técnica o el método, son consecuencia de la comprensión profunda de la naturaleza de la mente.

sábado, 25 de julio de 2009

No existen escuelas, maestros, ni discipulos, sólo lugares y personas que nos inspiran a iniciar o transitar un camino.

El discernimiento es el mejor de los maestros.

El aprendizaje sobre si mismo es permanente, nunca cesa, no se detiene. Se renueva así mismo.

La sabiduría consiste en liberarse 'afectuosamente' de todas las cargas del pasado y del peso del conocimiento acumulado, de la experiencia, de la superstición, de la autoridad. Para aprender es necesario estar libre, limpio, vacío, instante a instante.

En el proceso de disolución del yo, el pensamiento no opera. Es una cuestión de darse cuenta de manera instantánea. Una percepción, un 'insight' que permite descubrir las raíces más profundas desde donde se originan nuestras reacciones condicionadas. Pero ello se manifiesta sólo a partir de la observación, de la atención plena y sin opciones. En ese sentido, la transformación se produce cuando 'el ver' es tan incisivo, que es capaz de remover los cimientos de los hábitos y de los comportamientos condicionados.

miércoles, 1 de julio de 2009

Hasta lo más denso tiene la oportunidad de elevarse......

domingo, 28 de junio de 2009

sábado, 27 de junio de 2009

Para el guerrero el único conocimiento útil es el que tiene la capacidad de transformarlo. Por está razón el conocimiento con corazón le ayuda a enfrentarse y trascender los límites de si mismo. Sin embargo, el conocimiento que produce la transformación resulta de la indagación propia y honesta consigo mismo.

El guerrero es el único capaz de romper con las estructuras sociales y las tradiciones que someten al hombre, porque él está adherido a estas. Él hace parte de ellas en todas sus formas y dimensiones. La manera más práctica de destruirlas es trabajar impecablemente con él mismo.

La responsabilidad del guerrero “no es tragar entero”. El intelecto puede jugarle malas pasadas. La ideología, los argumentos por más sofisticados que sean, pueden ser distracciones útiles sólo para tomar posiciones y partido de causas sin sentido. El guerrero debe sopesar. El contiene el poder personal para evaluar y ver si los argumentos tienen o no corazón. El guerrero debe discernir con profundidad. Tiene la energía para ello. Cuando ve en profundidad el intento le muestra la verdad. La verdad se muestra así misma para el guerrero que va más allá de los opuestos. El guerrero debe contrastar todo con su propia realidad y experiencia. Debe ir más allá del pensamiento. Para el guerrero el pensamiento es un velo, que debe ser trascendido con la energía del discernimiento.

miércoles, 24 de junio de 2009

Expresando la sabiduría de la transformación...
A modo de preámbulo....

La historia de la sociedad actual está marcada por el desarrollo inusitado del progreso tecnológico, el control y dominio de las fuerzas naturaleza, una comprensión más profunda del origen de la vida, y el predominio de la razón como un medio para aproximarse y explicar la realidad. Sin embargo, más allá de los grandes logros científicos y los progresos materiales, la sociedad moderna aún no está habilitada para solucionar los problemas más básicos que afecta la vida cotidiana de los individuos. La violencia, la contaminación, la pobreza y el abuso de poder, en todas las escalas sociales, son sólo manifestaciones de una problemática más honda que atañe a la ausencia de sensibilidad del hombre con su entorno.

Esta ausencia o más bien pérdida de sensibilidad, está estrictamente relacionada con la construcción de un conocimiento impersonal que ha fragmentado la vida de las personas y soportado la visión de mundo de los individuos. En otras palabras, los sistemas de creencias y de interpretación de la realidad cimentados bajo la estructura de la razón, si bien han permitido aproximarse a una comprensión global y mecánica del mundo, han soslayado la estrecha conexión que existe entre el hombre consigo mismo y con la naturaleza. Esto ha traído como consecuencia, la pérdida de la capacidad de percibir la realidad por su propia cuenta, de resolver sus contradicciones a partir de la comprensión profunda de sí mismo y de establecer una relación más equilibrada y sana con su entorno.

Los sistemas basados en la razón, como medio interpretativo de los fenómenos, han contribuido en la separación dual de la realidad en dos dimensiones en completa contradicción: sujeto y objeto , el yo y el mundo, lo objetivo y lo subjetivo, etc. En este sentido, el pensamiento ha erigido un velo entre lo que creemos que somos y nuestra verdadera naturaleza . Este velo está condicionado por las construcciones del intelecto, que sólo permite comprender lo que sus estrechas fronteras definen. Ello inevitablemente forja una realidad limitada y condicionada por el pensamiento. Por lo tanto, lo que entendemos por realidad se filtra a través de la fina capa que se ha tejido a partir del intelecto...

Carlos

En construcción.....